El árbol de los pañuelos, narra la historia de los hermanos Cipriano y Doroteo Cano, dos ex soldados de Francisco Morazán luego de la muerte del héroe regresan a Ilama, su pueblo, donde la iglesia y las autoridades acusan a los hermanos de brujos hasta lograr que estos sean juzgados, condenados y fusilados en medio de la furia de una población fácilmente manipulada.
Veintitrés años más tarde de
este suceso Balam Cano hijo de Cipriano Cano regresa a Ilama, desconocía su
tierra ya que decía que era reseca, arrugada y terrosa. Su abuela le recalcaba
que su padre era brujo y que su madre lo callaba, él se da cuenta de que es
mitad mortal por su madre y mitad brujo por su padre, en Ilama consideraban que
los brujo eran inmortales, podían huir de todas formas menos de las balas
curadas.
Ilama fue condenada a muerte,
cuentan que los brujos fueron escapándose de los cementerios, a Balam su
madre le dijo que su padre estaba vivo pero, con aspecto diferente,
tenía que saber reconocerlo, se dedicó a buscarlo, su cuerpo estaba enterrado,
pero él había reencarnado, él tenía la obligación de hallar a su padre no sabía
como pero presentía que podía ser por medio una atracción, el pueblo de Ilama
temía el regreso de Balam, a quien habían quemado su
corazón, mandaron a llamar a la curandera, hizo que se
recuperara, se dio cuenta que era Balam hijo del brujo Cipriano, abrirían fuego
contra Balam, la única manera de prevenirlo sería teniendo un hijo
con su hija, dejando descendencia, pero Balam estaba enfermo no
podía tener hijos.
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